El anfiteatro (o circo romano) de Nîmes es el mejor conservado del mundo romano. Desde finales del siglo I de nuestra era, fue escenario de cazas de fieras salvajes y combates de gladiadores. Actualmente, acoge numerosas manifestaciones.
El Anfiteatro
El anfiteatro mide 133 m de largo por 101 m de ancho. Tiene una altura de 21 m y se compone de dos niveles de arcadas, su fachada exterior se divide en 60 tramos. Sus numerosas escaleras y 5 galerías circulares permiten una circulación óptima.
Más de 23.000 galorromanos, distribuidos según su rango social en las 34 gradas, asistían a los combates de gladiadores o animales.
En la Edad Media, el monumento, transformado en fortaleza, constituye un refugio para la población en caso de peligro. Posteriormente, el interior estaría ocupado por casas privadas hasta el siglo XIX. En 1809, se demolieron las casas, la capilla y el palacio de los vizcondes de Nimes para devolver al monumento su apariencia antigua.
Actualmente, el circo constituye un prestigioso escenario para numerosos eventos. Da cabida a corridas de toros, congresos, conciertos y manifestaciones deportivas.